Quería agradecerles profundamente por todas sus muestras de solidaridad y cariño ante esta situación tan complicada que hemos estado pasando Belén y yo por su salud. Después de 6 meses de un terrible infierno, en el que nos encontramos con el diagnóstico de cáncer y tres años previos de incertidumbre, finalmente y después de dos muy complejas operaciones de 10 horas cada una, en las que Belén estuvo a punto de perder la vida, finalmente parece que Dios nos ha dado un respiro y que ella va a poder curarse.Estos momentos han sido los más duros de nuestra vida, no solo de Belén y mía, sino de nuestras respectivas familias, pero sin duda han sido suavizados por las incontables muestras de cariño de nuestros amigos, que sin escucharlo de nosotros personalmente, se han preocupado por buscarnos en el teléfono en New York o en San José, o se han tomado el tiempo de mandarnos un mensaje electrónico de apoyo, que Dios bendiga su caridad y su cariño para nosotros, un cariño del cual yo no me sentía muy seguro de merecer.Me gustaría agradecer muy especialmente a llamadas muy especiales que recibí desde Lima, Ginebra, Londres, Asunción, etc., y mensajes desde Madrid, Bruselas, Santiago, Málaga, Houston, Kuala Lumpur, Tokio, Buenos Aires, Tel Aviv, Londres, Brasilia, Quito, Caracas y un montón de lugares más, que sin duda nos ayudaron a sacar fuerzas de flaqueza y a salir fortalecidos y esperanzados cuando yo ya había perdido la esperanza.Agradezco también a quienes por delicadeza, prefirieron quedarse en silencio a pesar de saber, yo habría hecho lo mismo seguramente, a veces la estrategia de la solidaridad es la prudencia.Quería aprovechar para agradecer el cariño y preocupación de Walter y Gabriela en Nueva York, quienes no solo nos han apoyado con su cariño, sino inclusive con su tiempo y su ayuda profesional para que Belén pueda extender su estadía en NYC sin problemas.Nos queda ahora una recuperación muy larga, tanto física como emocional. Belén cumplimos un año de casados el 4 de abril, pero hemos estado juntos como 2 meses en total apenas. Ahora, con la ayuda de Dios, es posible que tengamos el privilegio de tener una vida bastante normal, algo que hace un par de meses parecía imposible. Que Dios les bendiga por ese granito de arena en que este anhelo tenga la oportunidad de volverse realidad. Como escribió mi papá, esta familia va a tener que reportar al SRI en su declaración patrimonial un incremento importante en su capital de amor, gracias a la gente maravillosa que se ha cruzado en nuestras vidas y con la que hemos visto que podemos contar en las situaciones más devastadoras
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